Es el primero de los siete chakras, el peldaño básico sobre el que se apoyan todos los demás.
Colocado en el perineo (en el varón, entre el orificio urinario y el excretorio y en la mujer, detrás de la cerviz, en la parte más baja del útero).
Preside todo lo que es sólido, terreno: la existencia material, la supervivencia, el equilibrio con el ambiente, la asimilación, la reproducción, así como la capacidad de manifestar las propias necesidades aunque también aceptar los límites que nos impone nuestra condición de seres encarnados.
No pueden equilibrarse los demás chakras si no se trabaja antes sobre Muladhara, poniendo a punto las virtudes de la seguridad y la fuerza interior; en caso contrario, tal desarrollo se mostrará con el tiempo falto de raíces y le faltará la estabilidad necesaria para realizarse y gozar de longevidad.
Cuando la persona empieza a despertarlo, deja de despilfarrar su energía en una sexualidad desmandada y aprende a utilizar el propio cuerpo como vehículo, y ya no como un objetivo de la existencia que debe mimarse y alimentarse a toda costa.
Funcionamiento excesivo: Cuando el chakra raíz está hiperactivo la persona se muestra replegada sobre sí misma, sigue produciendo karma y cada vez se enreda más en las trabas del mundo terrenal. Se siente atraído hacia abajo por los deseos y pulsiones materiales, que le incitan a excederse con el alcohol, la comida y el sexo. Se empeña en poseer todo lo que ve, halla dificultades en la acción inversa, el dar, hasta resentirse a través de trastornos típicos de quien tiende a retener: obesidad, hinchazón, estreñimiento. El apego excesivo a las propias necesidades le hace perder de vista las exigencias ajenas. Para compensar el gasto energético de estas asperezas de carácter (celos, cólera, materialismo, envidia) comportan, tiende a comer mucho y a dormir hasta ocho o diez horas. Tras este afán agresivo de deseo y placer, hay siempre un miedo inconsciente de perder la seguridad y el bienestar conquistados con esfuerzo.
Funcionamiento deficitario: Si el primer chakra está bloqueado o cerrado, si la energía se estanca sin poder fluir, el físico se debilita, el apetito es escaso y las defensas no son las adecuadas. La vida se le aparece como un túnel gris sin final. A menudo se siente fuera de lugar, como si realmente no perteneciera a este mundo.
El despertar del primer chakra: El método más sencillo y directo para despertar a Muladhara es sin duda concentrarse sobre la punta de la nariz. Bailar girando la pelvis, dar patadas al aire, golpear con los talones en el suelo, saltar, correr, practicar artes marciales, jugar al fútbol o luchar, son todos ellos ejercicios muy valiosos para activar el chakra raíz.
Palabras clave: enraizamiento, aceptación, encarnación.
Partes del cuerpo: piernas, pies, huesos, intestino grueso, ano, vejiga, nariz.
La comida: La carne es el alimento más material e instintivo que pueda imaginarse. Sin embargo, hay que evitar caer en el consumo excesivo, porque provoca pesadez y fatiga en el aparato renal. También alimentos proteínicos como judías, nueces, huevos, leche y, sobre todo, los derivados de la soja (por ejemplo, el tofu), pueden sustituir a la carne perfectamente.
Las piedras: Rubí, coral rojo, magnetita, granate, heliotropo, jaspe, hematites, ónice negro, obsidiana, cuarzo ahumado, turmalina negra, ágata, Alejandrita.
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